La belleza de un fruto de otoño en el pincel de Pedro Cano
El artista blanqueño pone el broche de oro al 14 aniversario de la Fundación pintando las granadas que él mismo cultiva en el patio de su casa.
Lo de Pedro Cano y las granadas que maduran en el patio de su casa no es baladí, hasta el punto de que tan esbelto y nutritivo fruto sirve cada otoño para despedir los actos del aniversario de la Fundación que lleva su nombre. Sucedió este domingo, en la primera planta del magistral edificio que Blanca dedicó al maestro hace ya 14 años.
El artista ha convertido este ‘Pedro Cano pinta granadas al natural’ –así se llama la actividad incluida en los actos del XIV aniversario de la Fundación- en un auténtico ritual que empieza con el corte de las granadas a primera hora de la mañana. Se cultivan en el granado que desde hace décadas decora el patio central de la casa del pintor blanqueño. Él mismo las recolecta y, en una capaza, se las lleva a la Fundación acompañadas de unas cuantas hojas y ramas. Después las coloca encima de una mesa. A continuación, y tras dar la bienvenida a los asistentes, se sienta frente a ellas, las observa y las retoca una y otra vez hasta que llega el momento justo de hincarles el pincel.
Mientras tanto, unos cuantos incondicionales, llegados de toda la Región, se han ido colocando alrededor y miran, en silencio, el buen hacer del pintor de Blanca. Pasa algo más de una hora para, finalmente, ver nacer una nueva estampa con la que Pedro Cano sabe mostrar como nadie la riqueza policromática del Valle de Ricote. Al final, la obra es sorteada entre los asistentes.
El acontecimiento cerró varios días de actos en los que los amigos del museo asistieron a la conferencia que ofreció el cubano Danny Cruz sobre la memoria, el anhelo y la distancia a través del arte. El teatro estuvo también presente con el grupo ‘Las atrevidas’ y sus tres sketches sobre el amor, la amistad y la guerra.